¿Es un vino? ¿Es una cerveza?
No, ¡Es una cerveza-vino! Y bien orgullosos que pueden estar en el Priorat de tener esta fusión tan curiosa.
Ya he dicho que me encantan las cervezas que no te dejan indiferente y sin duda esta es una de ellas.
Su proceso de elaboración es el siguiente:
Se elabora la cerveza a base de malta de trigo, cebada, 3 tipos de lúpulos y miel.
Más tarde, se realiza la fermentación con la flor de cariñena en barrica de acacia a 20 grados.
Por último, se añade la miel de Gratallops y el mosto de uva para conseguir la segunda fermentación en botella.
Es cierto, que tienes que tener cuidado al echarla en el vaso porque su carbonatación es bastante alta, pero su sabor bien merece que la pruebes.
Tiene un 4,4% de Alc.Vol y es perfecta para maridar como si se tratase de un vino espumoso con aperitivos, pizzas o incluso con fideuá.